jueves, 4 de febrero de 2010

EL PROBLEMA DE LOS RESIDUOS NUCLEARES.

Las últimas semanas varios pequeños pueblos de España se han enfrascado en una carrera para ser depositarios de almacenes de "residuos nucleares", ilusionados por las inversiones económicas que el Gobierno y las empresas eléctricas prometen para las localidades que decidan albergarlas. La mayoría de estas aldeas carecen de un futuro económico sólido dada la penuria tradicional de la agricultura y ganadería españolas, y ven cómo de generación en generación su despoblamiento les conduce a la ruina y el abandono. La oferta de nuevos servicios sociales, empleo de mano de obra local y llegada de gente con alto poder adquisitivo a sus roquedales solitarios, es vista como una regeneración poblacional y mejora del nivel económico general, implicando la pervivencia de las mismas aldeas.
Sean razonables o no sus decisiones , los ayuntamientos que estos días han aprobado en sus Plenos Municipales ofrecerse como almacenes de residuos nucleares no han valorado, pienso que detenidamente, por falta de información, los riesgos que asumen con esas instalaciones. Es más, lo más conveniente no sería esta subasta desatada de terrenos incultos sino una decisión gubernamental sobre la ubicación de los almacenes apoyada en asesoramiento de científicos imparciales en el tema. El Gobierno sabe que imponer una determinada localización para estos residuos peligrosos no es electoralmente deseable y ha optado por la voluntariedad de los habitantes de esos pueblos, pero sin informar debidamente a la opinión pública de los riesgos. El debate sobre la energía nuclear en España lleva esperando más de treinta años y no ha habido Gobierno alguno con la suficiente valentía para afrontarlo.
¿Existen científicos imparciales en este tema? ¿Es posible asesorarse por algún organismo científico que no se encuentre mediatizado por la industria nuclear?
En España, y pienso que en el resto del mundo, los organismos científicos estatales están presididos y compuestos por personas designadas por los partidos políticos, por lo que su independencia de los mismos se ha poner en duda.
Mattehw L. Wald, periodista del New York Times, en su magnífico artículo , "Residuos nucleares, ¿nuevas soluciones?" (Investigación y Ciencia, octubre de 2009), describe minuciosamente la situación en que se encuentra el problema de la eliminación de los residuos nucleares y los avatares políticos que influyeron tanto en la designación como cancelación del cementerio nuclear de Yucca (Nevada), demostrando que lejos de criterios científicos que justificaran su ubicación primaron los intereses electorales coyunturales. Y eso en país mucho más desarrollado nuclearmente que España.
La designación de Yucca como almacén de residuos nucleares se debió al presidente republicano Gerald Ford en 1976 para evitar un posible robo del plutonio del combustible gastado susceptible de ser utilizado para fabricar armas nucleares. Los técnicos señalaron los Estados de Texas, Washington y Nevada, como lugares apropiados para un enterramiento masivo de residuos nucleares. Tanto Texas como Washington tenían representantes políticos influyentes, mientras que Nevada carecía de ellos, por lo que se eligió como el lugar adecuado. Pero con el paso del tiempo Nevada se convirtió en decisivo electoralmente para la campaña a la presidencia de Barack Obama, y lo primero que hizo este cuando ganó las elecciones fue paralizar el almacenamiento de más material radiactivo en Yucca, y posteriormente cancelarlo.
En todo este episodio hay dos datos imporante : primero, que la población siente todo lo relacionado con la industria nuclear como potencialmente dañino ; y segundo, que los científicos no tienen una opinión firme sobre los riesgos inherentes a estos almacenamientos de residuos nucleares, por lo que poco o nada pueden hacer para tranquilizar a las poblaciones donde se ubican esos almacenamientos. La opiniones de los técnicos de la industria nuclear aparecen ante la opinión pública como interesadas y engañosas. Los cambios de parecer sobre qué hacer con este tipo de residuos lejos de verse como avances científicos se aprecian como "apaños circunstanciales" sobre un material que no se sabe bien qué hacer con él.
Los científicos lleva decenas de años buscando el sistema más eficaz que evite contaminaciones por los residuos nucleares. En 1978, en EE.UU, tal como se ha explicado se decidió el enterramiento de los residuos en lugares aislados como la mejor solución, confiando siempre en que en los años venideros podría encontrarse otro sistema mejor y más seguro. Así se procedió al enterramiento en Yucca (Nevada) de una gran cantidad de combustible usado o gastado, como prefiere Wald que se les denomine, radiactivo con toneladas de sal.
Allison M. Macfarlane, profesora de la Universidad George Mason (EE.UU), aprueba el enterramiento en la sal, según al artículo de Mattehw Wald, pero añade : "... si la sal se calienta, las inclusiones acuosas se ponen en movimiento y fluyen hacia el calor, por lo que para enterrar en sal el combustible gastado habría que esperar hasta que se enfriasen un poco los productos de desecho calientes : allá por la segunda mitad de este siglo". Solución parcial del problema que difiere para los años siguientes la solución definitiva .
Hemos de preguntarnos , antes de seguir, si de verdad existe esa solución definitiva para los residuos nucleares. Parece que no. ¿Por qué no?
Wald lo aclara : "... el 956% del combustible gastado que sale de un reactor es el mismo óxido de uranio del combustible original. El resto se compone de productos de fisión calientes (3,4%) y actínidos de vida larga, como le plutonio (1%).
En los comienzos de la industria nuclear se intentó reciclar el uranio y el plutonio para obtener combustible nuevo, desechando los productos de fisión de vida corta, logrando reducir el volumen del residuo en un 90%. Plan conocido como "ciclo de combusitble abierto" , en el que el combustible original podía utilizarse hasta en dos o tres ocasiones. El plan se abortó en 1976 por decisión gubernamental como se ha explicado , sustituyéndose por otro sistema de trabajo, "ciclo de combustible cerrado", en el que no se reutilizarían los residuos sino que se almacenarían en lugares determinados, preferentemente enterrados.
Hubo por entonces científicos que propugnaron en el debate abierto soluciones disparatadas, vistas desde los conocimientos y perspectivas actuales. Uno de ellos fue la de enviar el material radiactivo al espacio. Otro, enterrarlos a tanta profundidad y aprovechando los límites de las placas geológicas para que fuera el tiempo, eones en este caso, el encargado de devolverlos a la corteza terrestre ya purificados. Como puede verse el tema preocupó , y preocupa, a los expertos, y la imaginación voló libremente en la elaboración de sus propuestas.
¿Qué se ha estado haciendo hasta ahora con los residuos nucleares? . Se vienen almacenando en las mismas centrales nucleares. Lo que permite su control e inventariado.
Claro está que este tipo de almacenamiento tiene una duración muy superior a la vida útil de la misma central que los produjo. En EE.UU se conocen diez lugares de almacenamiento en los que las centrales productoras ya han desaparecido. Siendo el enterramiento en sal el destino final.
¿Cómo es el combustible usado?. Este combustible contiene elementos derivados de la fisión muy radiactivos (estroncio 90 y cesio 137) capaces de producir decenas de kilowattios de calor, que si se dejaran al aire fundirían el metal que rodea al material nuclear. O arder espontáneamente. Para enfriarlos, se introducen en una piscina de hormigón revestido de acero con agua pura. El período de semidesintegración duran unos pocos años. Se entiende por período de semidesintegración el tiempo que tarda el material en transmutarse en elementos más estables y liberar radiación.
Un período de años es considerado como suficiente para que el calor desprendido sea mínimo, y entonces las barras en que se han conservado los residuos pueden ser sacadas del agua e introducirlas en manguitos de acero, donde se drenan, secan , rellenan de gas inerte y se sellan. El destino de los manguitos será los contenedores de hormigón y acero de los silos adyacentes a la central. El residuo nuclear en esta fase genera muy poco calor y se irá enfriando lentamente con la misma circulación del aire.
¿Se ha resuelto el problema de los residuos nucleares con ese proceder?. No. Mattehw Wald admite que a largo plazo el problema radica en los actínidos generados, cuyo período de semidesintegración es de centenares de miles de años.
Los actínidos son materiales creados cuando el uranio absorbe un neutrón que no llega a escindirlo. Se calcula que el 1% de los residuos generados son actínidos. El problema de estos materiales degradados suscitó un debate en el Departamento de Energía de EE.UU. Entonces se consideró que el enterramiento del material residual en Yucca (Nevada), decisión política que ya se ha comentado y pormenorizado, era la mejor solución del momento, considerándolo como un lugar seguro durante 10.000 años ... mas admitiendo que las liberaciones máximas de radiaciones tendrían lugar pasados unos 300.000 años.
Son períodos de tiempo muy largos como puede verse, pero que no deja de ser una herencia nociva para las generaciones futuras, que no hace más que resaltar la complejidad y dificultad del tratamiento de los residuos nucleares, poniendo un paréntesis en cuanto a la utilidad de toda la industria nuclear.
¿El problema de los residuos nucleares es razón suficiente para desechar la utilidad de la energía nuclear?. , Entiendo que sí. Rotundamente. Sin embargo el mismo autor, Mattehw L.Wald, avisa que no comparte esa línea de pensamiento, a pesar de las dificultades que señala en su artículo para el tratamiento de los residuos que genera. Aduce en defensa de la utilización de la energía nuclear el presente calentamiento global, pues este tipo de energía no crea gases que actúen sobre el "efecto invernadero" ; la comprobación de que el sistema de almacenamiento en piscinas y silos adyacentes a las centrales nucleares ( que se pensó como solución temporal y parcial para los residuos y que ante la falta de otra solución razonable, desestimado el enterramiento en sal, se ha convertido en una salida a medio plazo a la espera de que los científicos y los políticos encuentren otro medio más idóneo) durante más tiempo del que inicialmente se programó permitiría que los residuos se vayan desintegrando en un período de decenios de años, facilitando así su posterior manipulación.
Siempre se deja para un futuro incierto de años el hallazgo de un sistema, o una técnica, que resuelva el problema de los residuos. Pero mientras tanto las centrales nucleares siguen produciendo toneladas de residuos cuyo destino final se desconoce. La prolongación en el tiempo de almacenamiento en silos en las cercanías de las centrales nucleares y presentarlo como una solución deseable es lo que dice el refrán español, "hacer de la necesidad , virtud".
Presentar a la energía nuclear como las más adecuada para estos tiempos cambiantes porque no incrementa el "efecto invernadero" es una falacia . Existen otras fuentes de energía, como la solar y la eólica, que podrían desarrollarse y sustituir a las utilizadas actualmente ... que tampoco tienen incidencia sobre el "efecto invernadero"... ni crean residuos cuya peligrosidad para el medio-ambiente del futuro sea comprometedora.
El hecho de que las conveniencias coyunturales de la política haya frenado el plan de enterramiento de los residuos nucleares y obligue a mantenerlos en silos junto a las centrales nucleares, que ya se ha explicado que se ideó como solución parcial y no definitiva, en EE.UU, no parece haber afectado ni a la producción de las centrales nucleares ni a su expansión por otros territorios y países, en una actitud claramente irresponsable por parte de las industrias eléctricas. El futuro de sus residuos queda en manos políticas y su perniciosidad para las generaciones venideras será cosa de otros ... parecen decir. Sin comentarios .
Arjun Makhijani, presidente del Instituto de Investigaciones Energéticas y Medioambientales, entidad definida como "antinuclear" con cierto aire desdeñoso , asegura : " ... era irresponsable admitir que algún día dispondremos de lugares de enterramiento", " una explicación científica de la expresión "garantía razonable" requiere bien una prueba física de que existe tal instalación ( de almacenamiento a largo plazo), o bien pruebas sólidas de que podría construirse una con la técnica disponible . Sin embargo, no hay un modelo validado de instalación de ningún tipo que demuestre que sea alta la posibilidad de que los residuos vayan a permanecer aislados durante centenares de años". Ningún científico favorable a la energía nuclear ha rebatido su afirmación.
¿Es posible la generación de menor cantidad de residuos radiactivos?. Que se produzcan muchas o pocas toneladas de residuos radiactivos no afecta para nada al panorama descrito, pero supondría cierto alivio a la hora de hallar un sistema de almacenamiento seguro.
General Electric ha ideado un nuevo tipo de reactor nuclear que es capaz de acelerar la desintegración del combustible utilizado. Este tipo de "reactor rápido" en palabras de Lisa Price, vicepresidenta de G.E, "reduce el volumen en alrededor un 90% y el período de semidesintegración, que ahora es de centenares de miles de años, a menos de mil". Además el uranio gastado podría recuperarse y volverse a utilizar, lo que no pueden hacer los reactores actuales. Es preciso un "reactor rápido" por cada tres o cuatro de los funcionantes hoy día para reciclar el combustible gastado ... lo que señala Wald como una utopía en el actual momento de la industria dadas las dificultades económicas presentes que hasta limitan la construcción de reactores como los que se construían hace 30 años. Se señala el coste de estos nuevos "reactores rápidos" como un gran inconveniente, pues costarían entre mil y dos mil millones de dólares más que un reactor corriente de potencia similar.
Huelga decir que este análisis de la industria nuclear norteamericana, patrón de la mundial, no ha aparecido en ninguno de los ayuntamientos españoles que han solicitado ser elegidos para almacenar los residuos nucleares. Al contrario, el debate público en esos pueblos se ha limitado a valorar los beneficios inmediatos que su instalación pueda traer a los actuales habitantes.

2 comentarios:

Orlando Mora dijo...

Gran parte de la polémica que genera el asunto de la energía nuclear y el almacenamiento de los residuos proviene de la ignorancia de la mayoría de la gente y esa ignorancia solo se vence con una información adecuada y veraz que los interesados (no en la energía nuclear, sino en la información acerca de la misma) deberían proporcionar de tal manera que llegue a la mayoría de la gente. Aprotando mi granito de arena de ciudadano inquieto y no experto, he escrito algunos comentarios acerca de el tema que los interesados pueden leer en www.aquilaciencia.es/category/lablogatorio, ya que son muy largos para ponerlos aquí. Gracias

KRATES dijo...

¡Muy buenas!

Recomendable el documental sobre los residuos radiactivos y su peligrosidad, que hace unas semanas salió por televisión:

http://losdeabajoalaizquierda.blogspot.com/2011/09/la-pesadilla-de-los-desechos-nucleares.html

En 1957 hubo una gran explosión de residuos nucleares en una planta reprocesadora al sur de los Urales, fue el mayor desastre atómico anterior a Chernóbil, y las autoridades soviéticas lo ocultaron; pero en 1976 el disidente Zhores Medvedev lo sacó a la luz pública occidental, pero tuvo que pasar también por la censura de los mismos gobiernos «democráticos» occidentales pro-nucleares y sus servicios secretos.