domingo, 24 de enero de 2010

ANALISIS DE LOS RECIENTES ESTUDIOS SOBRE LA INFLUENCIA EN LA SALUD DE LA TELEFONÍA MÓVIL

El 29 de julio de 2009 reflexionaba sobre algunas informaciones aparecidas en los medios de comunicación social referentes a la inocuidad de la telefonía móvil. No llegué a ninguna conclusión definitiva. A mi entender los informes en que se basaba la noticia abrían más incógnitas que resoluciones sobre su inocuidad . La confesión de no poder predecir más allá de los diez años en que esta técnica de comunicación tiene de uso generalizado, así como la apelación a la responsabilidad del consumidor, son notas finales del artículo que inducen a la desconfianza.
Desde entonces, como un goteo leve pero persistente, vienen apareciendo noticias desmintiendo la nocividad de la telefonía móvil.
Así un artículo de la web Tendencias21.net , fecha 4/11/2009, y otro publicado en el diario "El País", 9/12/2009, basándose en dos fuentes distintas, confirman la inocuidad de la telefonía móvil. Los dos artículos, sin embargo, dan un plazo de diez años para comprobar estadísticamente si la incidencia de tumores cerebrales en concreto ha experimentado un aumento.
Analizar cada uno de los informes merece la pena. Porque vuelven las dudas de mi primera reflexión, y encuentro poco esclarecedores de mis dudas iniciales.
Tendencias21.nte basa su artículo en el ya leído informe del Comité Científico Asesor en Radiofrecuencias y salud (CCARS), patrocinado por la Fundación General de la Universidad Complutense de Madrid y financiado ... ¿por compañías de telefonía móvil , tal como se publicó en un principio?.
La rotunda afirmación del artículo , "las últimas investigaciones científicas realizadas señalan que el teléfono móvil no tiene ningún efecto nocivo para la salud" es lo que quisiera oír, y sería lo que de verdad podría desmontar cualquier campaña de descrédito, pero temo que el mismo artículo se contradice.
Se alude a análisis experimentales demostrativos de la ausencia de efectos genotóxicos y carcinogéneticos de la telefonía móvil. Me alegro que así sea, porque contradice y replica el informe de la OMS del año 2000. En este informe se decía que era improbable que la telefonía móvil produjera cáncer, basándose en evidencias científicas y experimentales internacionales, pero sí que se habían detectado efectos patológicos a nivel cerebral afectando a su fisiología, cuyas consecuencias no se de determinaban en ese momento. Las alteraciones encontradas fueron: cambios en la actividad normal del cerebro ( sin especificar en el artículo de qué tipo, intensidad y áreas afectadas) ; alteraciones en el tiempo de reacción ante estímulos exteriores (¿ a nivel celular? ¿hiperactividad o enlentecimiento?); y modificaciones en los patrones del sueño (igualmente sin definir en el artículo). A los que deben añadirse el aumento de la temperatura celular y corporal, tal como se especificó en mi anterior artículo.
En 2005 se publicó el informe del proyecto europeo Reflex, con doce laboratorios ubicados en siete países europeos, asegurando que sistemas celulares expuestos a señales de frecuencia de telefonía móvil encontraron efectos genotóxicos y fenotípicos indeseables, precursores de patologías cancerosas y neurodegenerativas.
Y vuelvo a recalcar los dos datos intranquilizadores descritos en el informe de CCARS : la inexistencia de datos estadísticos ni experimentales más allá de diez años ; la recomendación de un uso racional de la telefonía móvil, basada en que el auténtico peligro está en el receptor telefónico más que en la red de antenas que al multiplicar su efecto precisan poca potencia inicial, lo que supone un cambio de estrategia porque hasta hace unos años era precisamente la red de antenas la que se encontraba en entredicho; y sobre todo en la ausencia de estudios concluyentes en la población infantil que aseguren la inocuidad de la telefonía móvil.
La Danish Cancer Society ha publicado un estudio recientemente utilizado por los defensores de la inocuidad de la telefonía móvil como demostrativo de que su presencia y utilización no aumenta la incidencia de cánceres cerebrales. El diario "El País" publicó una reseña del citado estudio titulándolo, "Un estudio no halla pruebas de que los teléfonos móviles causen tumores cerebrales".
Según la sociedad médica danesa se ha estudiado la incidencia de cánceres cerebrales en una muestra de 59.000 personas con esa paotlogía entre los años 1974 y 2003. La edad oscilaba entre los 20 y 74 años, y la población total estudiada fue de 16 millones de personas. No encontró un incremento de la morbilidad de los tumores cerebrales tras la introducción de la telefonía móvil. Y asegura que no ha "identificado ningún mecanismo que pueda permitir afirmar que los campos magnéticos emitidos desde un móvil son un factor de riesgo". Lo que no es cierto, como se ha señalado anteriormente, y que en mi opinión desacredita el estudio de tan prestigiosa socieda médica. Pero la citada sociedad, quizás consciente de las insuficiencias de su estudio, recomienda seguir estas investigaciones en el futuro, pues afirman que los tumores cerebrales tienen un desarrollo lento, superior a los diaz años.
Si fuera cierto lo anteriormente señalado por los estudios citados ¿ porqué el fabricante filandés de terminales de telefonía móvil Nokia especifica en la "Guía de usuario" del modelo Nokia 6210 Navigator que el terminal debe encontrarse al menos a 1,5 centímetros de distancia del cuerpo para que las radiofrecuencia no se nociva?
Nos encontramos ante una técnica nueva evidentemente útil para la comunicación interpersonal pero no carente de efectos indeseables para la salud, que deberían ser estudiados cuidadosa e imparcialmente, sin interferencias ni intereses económicos de las empresas multinacionales. Certificar la inocuidad de la técnica supone una tergiversación de la realidad y manipulación del consumidor, que dispone de un sistema de comunicación cuyos efectos nocivos para las salud no han sido todavía suficientemente estudiados.

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